Olmos centenarios de Villena en peligro


Una de las consecuencias de la desaparición de la OLMEDA DE LA CARRETERA DE PINOSO a sumar a las ya de por si negativas como son la desaparición de un conjunto arbóreo (refugio de fauna, sumidero de CO2, productor de oxígeno, protector del suelo, etc.) es el debilitamiento general de los olmos, probablemente centenarios, del margen de la carretera. Este debilitamiento se debe a la rotura de raíces masiva que sufrieron estos árboles al eliminar dicha olmeda, que procedía sin duda de rebrotes producidos por las raíces de estos olmos.

El debilitamiento se manifiesta por la abundancia de ramas secas que presentan las copas de estos árboles. Paralelamente a la muerte de ramas producida por el desequilibrio entre la copa y el sistema de raíces, los árboles debilitados son mas propensos al ataque de insectos que se alimentan de la parte interna de la corteza de dichas ramas (escolítidos) entre los que se encuentran algunos coleópteros del género Scolytus, insectos vectores de la enfermedad de la grafiosis (Ophiostoma novo-ulmi) al transportar las esporas de este hongo adheridas a su cuerpo de un árbol a otro extendiendo la enfermedad.

Esperemos que estos árboles consigan recuperarse de esta agresión y seguir viviendo como hasta ahora, como unos de los pocos olmos adultos, árboles singulares, que quedan en nuestro municipio. 

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Injertos

Injerto de ciruelo sobre almendro

En primer lugar quiero dejar claro lo que es un injerto. Un injerto es un tipo de reprodución vegetal asexual, es un tipo de clonación en la que podremos reproducir muchas veces las características que nos interesan, ya sea calibre del fruto, forma de la flor o color de la hoja por ejemplo. Un injerto consta de dos partes, es la unión de un pie o patrón y una variedad.

El patrón o pie de injerto proporciona las raíces y parte del tronco al nuevo espécimen. Puede ser un ejemplar procedente de semilla de la misma especie, puede haberse producido por esqueje u otros medios. En ocasiones se puede utilizar una especie diferente del mismo género o de diferente género, por ejemplo, el membrillero (Cydonia oblonga) se utiliza como patrón de níspero japonés (Eriobotrya japonica) entre otros.

El injerto propiamente dicho, la variedad, púa, o yema, ha de obtenerse de un árbol sano, vigoroso y lógicamente, que posea las características que deseamos reproducir. Hay que seleccionar ramas de un año que posean yemas de crecimiento (evitando las de flor) antes de su brotación.

Injerto recién hecho (11/03/2011)
El momento de realizar los injertos ha de coincidir con el periodo vegetativo de la planta, si lo hiciésemos demasiado pronto, la corteza no se desprendería con facilidad, el cambium no tendría actividad y por tanto, el injerto no sería viable. Si lo hacemos demasiado tarde, la variedad puede estar muy adelantada, si ya ha brotado, el injerto fallará por una excesiva evapotranspiración que hará que se seque.

Los motivos para injertar pueden ser varios, los principales motivos son para perpetuar variedades comerciales, cambiar la variedad cultivada en un lugar, conseguir que las especies que nos interesan sean más resistentes a condiciones de suelo, plagas, clima, etc.

Las técnicas de injerto son múltiples, de yema, en escudete, en "T", en púa de corona, injerto por aproximación, etc. todas estas técnicas tienen en común unas pautas muy elementales. Para que el injerto tenga éxito, tanto el patrón como la variedad deben ser compatibles, para lo cual, durante la historia, se han ido haciendo ensayos de prueba y error para conocer los mejores patrones para cada variedad y cada suelo. El patrón, siempre ha de estar ligeramente mas adelantado fenológicamente que el injerto, en algunas variedades interesa recoger las púas para injertar algún tiempo antes y conservar en la nevera para mantenerlas en parada vegetativa hasta el momento de injertar.

Formación de callo (01/05/2011)
Por último, el cambium de ambas partes ha de estar en íntimo contacto. El cambium es una capa de células activas que se encuentra bajo la corteza y es el encargado del crecimiento en grosor del tronco y las ramas, de cerrar las heridas, etc. el injerto podemos considerarlo como una herida, que al comenzar a cerrarse por parte del cambium se forma un nuevo tejido de células desordenadas para rellenar el espacio vacío conocido como callo. Es cuando el callo del patrón y el callo del injerto se fusionan cuando podemos considerar que el proceso ha sido un éxito.

Las especies que se injertan habitualmente pueden ser tanto especies leñosas como herbáceas, ornamentales, frutales o forestales.

En cuanto a especies herbáceas que se suelen injertar son las sandias sin semillas sobre calabaza, rosales ornamentales, coníferas enanas, ciruelos de hojas rojas, etc. Vides, olivos, todo tipo de frutales se suelen injertar para obtener buenas producciones más homogéneas por ser todas ellas genéticamente iguales. A nivel forestal se pueden injertar pinos piñoneros para acelerar la producción de piñones, o conseguir madera de nogal de mejor calidad.

Ciruelo sobre almendro
Callo (04/08/2011)
Injertos de esta primavera en el mes de agosto.

Pycnogaster sanchezgomezi

Ninfa hembra

Este curioso saltamontes o grillo de matorral pertenece a la especie Pycnogaster (Bradygaster) sanchezgomezi Bolívar, 1897 del que existen dos subespecies endémicas de la península Ibérica, la subespecie nominal (sanchezgomezi) y la subespecie constricta Bolívar, 1926. Pertenecen a la familia Bradyporidae aunque algunos autores la consideran todavía dentro de Tettigonidae. 

Su tamaño es de entre 25 y 35 milímetros, poseyendo un dimorfismo sexual muy acusado. Las hembras presentan un largo oviscapto en forma de "espada" en el final de su abdomen que utilizan para depositar los huevos en un lugar seguro. No hay que confundir nunca este órgano con un aguijón. Es una especie totalmente inofensiva para el ser humano.

Macho
Los Pycnogaster son especies ápteras, es decir, sus alas están atrofiadas incapacitándoles para volar, las usan como órganos estriduladores para emitir sonido. Estos saltamontes viven en las montañas, estando la mayor parte del tiempo entre el matorral y la vegetación herbácea donde pasan desapercibidos gracias a su coloración críptica que les sirve de perfecto camuflaje.

Del subgénero Bradygaster hay otras tres especies peninsulares, algecirensis Bolívar, 1926, gaditana Bolívar, 1900 e inermis (Rambur, 1838). Siendo todas ellas especies muy escasas y poco estudiadas en cuanto a distribución y biología.

Las fotografías de Pycnogaster sanchezgomezi que os muestro son de una hembra sub-adulta y de un macho, ambas están fotografiadas en Villena, en la Sierra del Fraile, próximos al collado de Peña Rubia. El biotopo donde han sido encontrados consiste en un arenal con vegetación arbustiva y pinos carrascos (Pinus halepensis) creciendo de manera dispersa. Ambos han sido fotografiados entro los 600 y 700 metros de altitud, siendo unas cotas bastante bajas para la especie.

Hembra adulta
CITAS:
Pycnogaster (Bradygastersanchezgomezi Bolívar, 1897 (Orthoptera: Tettigonioidea: Bradyporidae)
- Alicante: Villena (Peña Rubia), 30S XH97. 17/02/2008, 29/03/2011 y 26/04/2017, David Molina leg.

Narcisos

Narcissus moschatus

Los narcisos (Narcissus sp.) son una de las primeras flores en aparecer a finales de invierno y principios de primavera, aunque existen algunas especies de floración otoñal. Los narcisos son plantas bulbosas que utilizan un tallo subterráneo modificado que recuerda a una cebolla de pequeño tamaño.

Narcissus dubius
Los narcisos reciben su nombre por la forma en que sus flores crecen inclinadas hacia abajo, como el narciso de la mitología griega que no podía dejar de admirar la belleza de su reflejo en el agua, enamorado de si mismo murió ahogado tras lanzarse a las aguas, en ese lugar nació una flor que recibió el nombre de narciso en su memoria.

Se trata de una planta medicinal con propiedades antiespasmódicas, astringentes, eméticas, febrífugas, aunque su uso ha de estar controlado por facultativos por ser especies algo tóxicas.

En la península ibérica podemos encontrar unas 36 especies con diversas subespecies algunas de ellos y algunos híbridos naturales creciendo de manera silvestres, siendo algunas de ellas muy raras y de escasa distribución.

Los narcisos que se cultivan en jardinería suelen ser variedades híbridas que producen flores de mayor tamaño o colores más vistosos. Ya sean especies autóctonas como ornamentales, son una muy buena planta para el jardín, gracias a su rusticidad pueden asilvestrarse en un prado donde florecerán año tras año sin necesidad de desenterrar los bulbos salvo para multiplicarlos.

Narcissus papyraceus