Petirrojo

El compañero del jardinero lo llaman en algunos lugares por su costumbre de visitar los jardines en busca de insectos y pequeños frutos de los que se nutre. El petirrojo o pit-roig (Erithacus rubecula) es un pajarillo forestal muy llamativo y conocido por todos. De un tiempo a esta parte, se le encuentra con cada vez más frecuencia en los parques de ciudades como puede ser el caso de Valencia.

Son pájaros pequeños (tamaño gorrión) de color grisáceo o marrón en ejemplares jóvenes, destacando en los adultos la pechera de color naranja que le da nombre a la especie.

Los machos de ésta especie son muy territoriales, de hecho, existe un experimento que consiste en colocar en el suelo del bosque un trozo de algodón de color naranja (también lo he escuchado con un petirrojo disecado) y conectar un reclamo con el canto del pájaro. Comentan que el macho de la zona acudirá a destruir lo que el cree que es un macho rival.

El ejemplar de la fotografía se encontraba tomando un baño en una fuente del Parque Nacional de Monfragüe, acompañado por rabilargos, carboneros, herrerillos, mirlos, etc.

En la Península Ibérica es más frecuente por el norte, aunque podemos encontrarla muy distribuida, es fácil de ver especialmente en invierno, momento en el cual aumenta su población con los ejemplares venidos de Europa.

Picudo Rojo


El picudo rojo de las palmeras (Rhynchophorus ferrugineus) es un coleóptero de origen tropical procedente de Asia. Es una especie de tamaño relativamente grande, de color anaranjado y vientre negro, es inconfundible con cualquier otra especie peninsular. Las larvas son de gran tamaño, blancas, jugosas, en algunos países están consideradas un verdadero manjar y son consumidas crudas o pasadas por la plancha.

Este insecto se ha convertido en una especie que causa plaga en las palmeras, especialmente en las palmeras canarias (Phoenix canariensis), en menor medida en las datileras (Phoenix dactylifera) y parece ser que hay algún caso constatado en género Washingtonia.

El picudo llegó a la península debido a la importación de palmeras datileras procedentes de Egipto sin el necesario control sanitario. Las primeras citas de picudo en la Península Ibérica se produjeron en Almuñécar, en el año 1994 a la comunidad Valenciana llegó oficialmente en 2005 al palmeral de Elche. En la actualidad se distribuye por todo el litoral mediterráneo, llegando a cotas relativamente altas como por ejemplo los 364 metros de Segorbe (Castellón) o los 395 de Elda (Alicante). Una de las zonas más castigadas es la comarca de l'Horta Sud.

Este insecto completa su ciclo vital en el interior de las palmeras y tiene una duración de entre tres y cuatro meses. Las palmeras afectadas se identifican fácilmente por la presencia de palmas cortadas, asimétricas, llegando a perder el ojo por la caída de las palmas afectadas. otra señal es el fuerte olor a vinagre que desprenden las palmeras afectadas producido por la fermentación de la savia azucarada. En las palmeras datileras los síntomas suelen ser algo distintos, presentando exudaciones en el estípite, hijuelos secos, etc.

Se realizan trampeos de adultos para conocer el estado de la población para decidir los momentos más propicios para realizar los tratamientos. Para este fin se utilizan trampas cebadas con caña de azúcar fermentada en agua, o con difusores de feromonas.

Para el tratamiento preventivo del picudo rojo se emplean insecticidas aplicados directamente en la parte central de las palmas, o bien inyectados en el estípite o tronco de la plamera. Tambien existe en el mercado un nematodo que parasita éste insecto. Para realizar tratamientos en palmeras afectadas, se procede a la eliminación mecánica de las partes afectadas, seguida por un tratamiento fitosanitario, si la yema apical no ha muerto, la palmera es capaz de recuperarse.

Esta especie presenta un dimorfismo sexual que consiste en que el macho tiene "bigote", así para entendernos, presenta un mechón de pelo en forma de cepillo en el extremo de la cabeza, es la mejor forma de diferenciarlo de la hembra a simple vista (Fotos: comparativa entre macho y hembra).




Tal vez sería interesante pararnos a pensar un momento en si merece la pena el esfuerzo económico, técnico y ambiental, estamos introduciendo en el medio una cantidad muy alta de fitosanitarios, auténticos venenos para su control, que no sabemos la repercusión que puede tener en la fauna autóctona. Esfuerzos para intentar salvar una especie vegetal que no debemos olvidar que también es exótica.

Torcecuello

El torcecuello (Jynx torquilla) es una pájaro de la familia de los pájaros carpinteros, se alimenta principalmente de hormigas, en catalán se le conoce como formiguer. Es una especie muy escasa en toda su área de distribución, además suele pasar desapercibida gracias a su plumaje que le proporciona un camuflaje excelente. Cría en agujeros de los troncos de árboles viejos, especialmente en sotos y riberas, y excepcionalmente, en otras formaciones boscosas.

Un caso curioso es el de una familia de torcecuello del parque natural de la Font Roja, en Alcoi, que eligió para reproducirse una caja nido, un hecho insólito que al parecer no estaba constatado hasta la fecha para esta especie. La caja nido en cuestión, está situada en un pinar maduro que rodea la casa de una señora muy amante de la naturaleza. Jaqueline, que así se llama esta señora, ha colocado por todo su jardín numerosas cajas nido, comederos, balsas-bebedero, etc. y al encontrarse en un paraje tan afortunado, tremendamente rico en biodiversidad, le permite disfrutar de la fauna autóctona. Animamos desde aquí a toda la gente a colocar cajas nido por sus jardines, que nos pueden deparar sorpresas como ésta.

Además de esta familia de torcecuello que fueron anillados por el naturalista Pep Cantó a finales de primavera, es frecuente ver a los carboneros y herrerillos comiendo cacahuetes en los comederos, nos contaba también que tenía un nido de chochín (Troglodytes troglodytes) que nidifican en grietas de rocas y en cajas nido, y que llenan su nido de musgo para hacerlo bien acolchado.

También nos dijo que era frecuente ver por la zona un zorro que se acercaba a buscar comida, mirlos y otras aves forestales, mariposas libando en las flores, y numerosas rapaces surcando el cielo, como los buitres recientemente reintroducidos en la comarca gracias al Proyecto Canyet promovido por el FAPAS (Fondo para la Protección de los Animales Salvajes).

Arde la vida

Llega el verano y llegan los incendios forestales. Es muy triste que año tras año se produzcan tantos y tantos incendios que calcinan cientos de hectáreas de nuestros montes acabando con buena parte de la vida animal y vegetal que albergan, y en ocasiones, segando también vidas humanas.

Las causas de los incendios forestales son diversas, pero en demasiadas ocasiones podrían haberse evitado, ya que vienen propiciados por actuaciones humanas, directa o indirectamente. En muchas ocasiones por imprudencias y negligencias como la de tirar la colilla por la ventanilla del coche, muchos incendios comienzan en las cunetas de las carreteras. Acciones como quemar restos de poda sin unas mínimas medidas de seguridad, la quema de márgenes de cultivos, etc. El abandono de basuras en terreno forestal, especialmente si contiene vidrio que puede hacer efecto lupa e iniciar un incendio. A esto hay que añadir que a menudo existe una mala gestión por parte de las administraciones que invierte poco dinero para temas de prevención y a menudo lo invierte mal.

Los incendios intencionados merecerían tema aparte, intereses urbanísticos, económicos, envidias y rencores, enfermedades mentales, etc. ¡CADENA PERPETUA A TODOS LOS PIRÓMANOS!.

El abandono de los usos tradicionales que antiguamente modificaron la estructura del bosque primigenio, y que sin esas intervenciones se genera un desequilibrio en el ecosistema o agrosistema, que se traduce normalmente en un exceso de biomasa que se acumula a una velocidad mayor de la que se degrada y que es material combustible que en caso de incendio será pasto de las llamas rápidamente.

Extinguido el incendio no se acaban todos los problemas, la pérdida de la cubierta vegetal favorece los procesos erosivos ocasionados por las lluvias de otoño que arrastrarán la capa fértil de suelo, especialmente en las zonas más abruptas y escarpadas, ocasionando de esta forma muchas dificultades para la recuperación del bosque, tan sencillo como que al no haber suelo, las plantas no pueden crecer.

El fuego es un proceso natural dentro del bosque mediterráneo, pero siempre y cuando sea natural, insisto, y digo esto porque el fuego es una herramienta muy poderosa que tiene la naturaleza para hacer limpieza y regenerar la vegetación cuando el bosque comienza a estar envejecido y decrépito. De esta forma se reinicia un ciclo que se ha producido a lo largo de millones de años.

Para entender bien el bosque mediterráneo es necesario conocer bien las etapas por las que pasa hasta llegar a su máximo estado de esplendor, el bosque maduro o comunidad climácica o clímax. Estas etapas evolucionan a lo largo de los años, aparecen especies nuevas más exigentes aprovechando las condiciones de suelo que dejaron las anteriores, desaparecen otras que necesitan más luz, etc. Este proceso se conoce como sucesión.

Las plantas mediterráneas suelen estar bien adaptadas al fuego, utilizan principalmente dos estrategias bien contrastadas. En primer lugar, encontramos las plantas pirófitas, cuya estrategia es la de morir en el incendio dejando gran cantidad de semillas que germinarán en la siguiente estación, asegurando así la supervivencia de la especie. En este bloque encontramos especies como los pinos, jaras, aliagas, etc. Por otra parte encontramos las plantas rebrotadoras, que suelen estar presentes en estados mas maduros del bosque. Su estrategia es la de salvarse el propio ejemplar, se trata de especies que les ha costado mucho llegar a donde están y no pueden permitirse el lujo de desaparecer por un incendio. Por esta razón, producen estructuras de protección frente a las llamas como pueden ser cortezas gruesas, o la capacidad de producir numerosos brotes desde el tronco o desde las raíces. En este grupo están representados los robles, encinas, alcornoques, lentiscos, etc.

El método de lucha mas eficaz contra los incendios forestales es la prevención, pero un sistema de prevención bien estudiado caso por caso y favoreciendo la aparición de especies rebrotadoras en lugar de pirófitas, y principalmente romper la continuidad de las masas forestales creando mosaico de ecosistemas, por ejemplo, en lugar de hacer cortafuegos como tal, crear zonas de transición donde las plantas se encuentren separadas entre si, a modo de dehesa, que se pueden aprovechar como pastos y que cortan el avance de un posible incendio.

El bosque mediterráneo es un ciclo, y resetear el sistema cada pocos años, que es lo que se está produciendo habitualmente, conlleva una pérdida considerable de biodiversidad que será muy difícil y muy larga de recuperar.

Diospyros virginiana

El caqui de Virginia, es un árbol originario de los Estados Unidos. Puede sobrepasar los 20 metros de altura y los 100 años de edad. En su área de distribución suele formar bosques acompañado de otras especies arbóreas como pueden ser: olmos americanos (Ulmus crassifolia), arces de azúcar (Acer saccharum), el árbol de los tulipanes (Liriodendron tulipifera) o la especie tan extendida en jardinería y arbolado viario, el arce negundo, del que ya hablaré en otro momento, ya que en cultivo suele presentar diversos problemas de enfermedades y plagas, así como diversas fisiopatías.

El caqui de Virginia se cultiva extensamente por su uso como patrón de injerto para el cultivo del kaki (Diospyros kaki) para la obtención del fruto. El cultivo masivo de esta especie empieza a hacer frecuente que en antiguas parcelas de kaki que se abandonaron, están empezando a rebrotar los patrones, asilvestrándose y formando verdaderos bosquetes. Este hecho ocurre mucho por ejemplo en la comarca castellonense del Alto Palancia donde ya forma parte del paisaje rural.

En mi opinión es uno de los árboles ornamentales más hermosos y rústicos que podemos cultivar en la península, sin embargo, se encuentra muy infravalorado. Es difícil de encontrar fuera de jardines botánicos o escapados de los cultivos, y es raro encontrarlo en el comercio.

Éste árbol posee además de unos frutos comestibles, una madera de buena calidad apreciada en ebanistería, se suele aprovechar solamente la albura, de color claro y veteado fino, se requiere de árboles muy viejos para aprovechar el duramen que en ocasiones es oscuro, muy similar a la madera de ébano, no en vano pertenecen de la misma familia.

Otras características de este árbol como su extremada resistencia a la sequía, a los suelos pobres, al frío y al calor, su estructura elegante que no necesita podas de formación, ya que es el mismo ejemplar el que se autopoda hasta que logra su porte característico, sus frutos y su valor ornamental, hacen muy interesante el cultivo de éste árbol tanto en jardines privados como públicos.

El aspecto que más destaca de ésta especie es sin duda su espectacular cromatismo otoñal, con tintes naranjas, rojos, granates, etc. Tonos que se producen sin necesidad del frío que necesitan otras especies para manifestarse. Es una especie de brotación bastante tardía para proteger sus brotes de las heladas tardías, esta característica es interesante desde nuestro punto de vista, ya que dejará pasar bastante sol al jardín al principio de la primavera cuando todavía las temperaturas no son muy altas, de esta forma, los rayos de sol podrán ser aprovechados por plantas herbáceas o arbustivas plantadas como sotobosque. Durante el verano, el follaje es verde lustroso con tonos bronceados en las hojas todavía tiernas. Por último destacar la corteza de los ejemplares viejos, con un ritidoma muy marcado formando escamas que recuerdan en cierto modo a un caparazón de tortuga.

Chupaleche

Iphiclides podalirius subsp. feisthamelii
Llevaba ya algunas semanas sin acercarme por la parcela y hoy he ido a controlar como marcha todo, por el momento no se han producido nuevas bajas por el calor y la sequía, simplemente un par de hayas y uno de los almeces (Celtis australis) que sigue sin brotar y no tiene muy buena pinta, sin embargo, uno de los Diospyros virginiana que lo daba por perdido se resiste a morir y está rebrotando por abajo.

Tal vez lo más singular de la visita de hoy ha sido una vez más la entomología, destacando la abundancia de libélulas alrededor del estanque, Crocothemis erythraea, Trithemis annulata, Orthetrum brunneum y una hembra con pinta de Orthetrum cancellatum.

Voy a resaltar la aparición en el jardín de un ejemplar de la mariposa conocida popularmente como Chupaleche, Iphiclides feisthamelii (Duponchel, 1832) es su nombre científico, una de las mariposas diurnas más bellas que podemos encontrar por estas latitudes.

Se trata de una especie que se distribuye por la península Ibérica y el norte de África y cuyas larvas se alimentan de diferentes árboles y arbustos de la familia de las rosáceas como son cerezos, almendros, endrinos, etc. El adulto vuela entre marzo y septiembre en dos generaciones, y es habitual verla libando néctar en flores de diversas plantas o posada en el suelo húmedo bebiendo agua y sales minerales.

Trithemis annulata

Plantas invasoras

Son muchas las plantas exóticas que cultivamos en nuestros jardines desde la antigüedad. La mayoría de ellas se caracterizan por poseer hojas carnosas o de gran tamaño, flores llamativas, etc. otras se han cultivado por resultar plantas útiles para nosotros, muchas de las frutas y hortalizas que cultivamos y consumimos son originarias de otros países.

Las plantas exóticas han tenido y tienen mucha presencia en nuestros jardines, nuestros huertos e incluso en nuestros bosques para la producción de madera u otros derivados.

El problema de estas plantas se produce cuando se escapan del cultivo controlado y aparecen en otras zonas que no nos interesan, en ocasiones en espacios naturales de gran valor medioambiental por su biodiversidad. Es en este momento cuando una planta alóctona se puede convertir en planta invasora, ya que puede desplazar a la flora autóctona por tener un crecimiento más rápido y en ocasiones también por producir unas sustancias llamadas alelopáticas que impiden la germinación y el crecimiento de otras plantas bajo su sombra como ocurre con algunos árboles como ailantos o eucaliptos.

Las zonas más sensibles a la infestación por plantas invasoras suelen ser las zonas húmedas, tanto ríos como marjales, ya que en estos lugares el agua no suele ser el factor limitante del crecimiento y plantas como el jacinto de agua, el helecho de agua o algunas plantas trepadoras que pueden afectar a la vegetación original proyectando sombra sobre ellas e impidiendo su desarrollo o simplemente ocupando su espacio como ocurre con acacias (Robinia pseudoacacia) o ailantos (Ailanthus altissima) en los bosques de ribera.

Otras zonas delicadas son las dunas y las maquias litorales donde suelen aparecer plantas suculentas como agaves o piteras, aloes, yucas o diversos cactus que provienen todas ellas de zonas desérticas o semidesérticas y por tanto están mejor preparadas para resistir la sequía y desplazan la flora autóctona.

La propagación de las plantas invasoras puede comenzar simplemente por la diseminación de sus semillas por el viento, las aves o arrastradas por el agua de lluvia, pero en demasiadas ocasiones se produce por el abandono descontrolado de restos de poda que contienen semillas o que son capaces de enraizar en el suelo.

No todas las plantas exóticas que aparecen en la naturaleza se consideran plantas invasoras, aunque sería muy adecuado realizar un seguimiento de éstas especies cada día más cultivadas y que con mayor frecuencia aparecen asilvestradas, por citar algunas, el árbol de las pagodas (Koelreuteria paniculata), el olmo siberiano (Ulmus pumila) o la morera de papel (Broussonetia papyrifera), la morera blanca o el plátano de sombra.

Fotos: (1. Ailanthus altissima; 2. Carpobrotus edulis; 3. Yucca aloifolia)

Armillaria

Estas setas que vemos en la imagen, son los carpóforos o cuerpos fructíferos del hongo Armillaria mellea. Se trata de un hongo considerado "parásito facultativo", esto quiere decir que puede desarrollarse como parásito de especies leñosas, tanto frondosas como coníferas, o vivir como saprofito, en el suelo o nutriéndose de madera muerta.

Se trata de un hongo muy polífago que se ha descrito afectando a infinidad de especies leñosas, siempre se ha considerado una única especie, aunque estudios recientes han separado este género en varios grupos que son estériles entre si. Los carpóforos se producen en otoño, son comestibles cuando son ejemplares jóvenes y están bien cocinados, su sabor depende también de la especie sobre la que haya crecido. Las esporas germinan en el suelo y el micelio adquiere una organización característica en forma de cordones conocidos como rizomorfos, que son los órganos encargados de producir la infección en las raíces y el cuello de los árboles.

La acción patógena del hongo consiste en una destrucción progresiva del sistema radical. Las raíces y el cuello del árbol se van pudriendo y en ocasiones son anilladas completamente por el hongo que destruye los vasos conductores de la savia. En ejemplares jóvenes la muerte suele ser rápida y en árboles adultos suele ser lenta y se convierte en una enfermedad crónica. debido a la destrucción de raíces, grandes árboles pueden ver comprometido su anclaje al suelo y caer en un momento dado, en tormentas sobre todo, ya que el suelo está más blando y el viento sopla fuerte. También puede producirse una muerte del árbol, aparentemente súbita, cuando las condiciones se agravan por factores externos, defoliaciones o podas abusivas, o fuerte sequía como le pasó a este almendro.

Termales de Montanejos



No es necesario entrar al balneario del municipio castellonense de Montanejos para disfrutar de sus aguas termales. Los amantes de la naturaleza opinareis como yo, que mola más un baño al aire libre por muy bien que te puedan tratar en el balneario.

La temperatura del agua de esta poza del río Mijares, de gran tamaño, se mantiene constante a lo largo del año, concretamente a 25ºC, por lo que sin estar demasiado caliente, es agradable el baño tanto en invierno como en verano, aunque un servidor prefiera sumergirse en estas aguas durante el invierno, especialmente si fuera hay nieve, para aumentar más el contraste, mientras disfrutamos del vuelo de los martines pescadores. En verano se vuelve un tanto masificado de gente ya que hace las funciones de playa de esta localidad de interior.

Estas aguas no solo son famosas por ser mineromedicinales, también lo son por contener además de otras especies de peces, desde 1997 hay constancia de la presencia de una población al parecer estable de Gupi (Poecilia reticulata) un pez tropical, originario de Suramerica, muy utilizado como pez de acuario y para el control de las poblaciones de mosquitos en otros países, y que de alguna manera llegó a este lugar y ha conseguido reproducirse, siendo la única población conocida de esta especie de la España peninsular.

Ventajas del no laboreo


Existen discrepancias sobre la conveniencia o no del uso de éstas técnicas de cultivo. El no laboreo consiste como su propio nombre indica en no realizar labores al suelo, es decir, no se labra.

Las plantas adventicias están consideradas por muchos agricultores como verdaderos enemigos de sus cultivos, ya que aseguran que éstas "malas hierbas" compiten en agua y nutrientes con sus plantas cultivadas, igualmente arraigado está el hecho de que una parcela para estar cuidada debe estar arada y libre de todas hierbas que no procedan.

Para empezar, debemos cuestionar el hecho de considerar malas hierbas a todas las plantas que no nos aportan beneficio económico directamente, y por extensión, pensar que estas plantas son malas para el cultivo. No tenemos más que observar la naturaleza, en un bosque hay plantas arbustivas y herbáceas debajo de los árboles, y cada planta tiene su función.

En un cultivo leñoso, las plantas adventicias (o herbáceas cultivadas) bajo los árboles puede aportar una serie de ventajas que sería interesante considerar. para empezar, esta cubierta vegetal protege el suelo de la erosión al retenerlo con sus raíces y amortiguar las gotas de lluvia con sus hojas, evitando salpicaduras de barro que pueden contener esporas de hongos que causan problemas en la fruta, por ejemplo en los cítricos, el agua resvala lentamente y se favorece la infiltración, a su vez, la hierba sirve de zona de condensación del rocío favoreciéndose enormemente lo que se conoce como "precipitación horizontal". Al mismo tiempo, las plantas herbáceas proporcionan sombra al suelo reduciendo la evaporación. En invierno, reducen el impacto de las heladas en el suelo y por consiguiente en las raíces de otras plantas.

En la región mediterránea en la que nos encontramos, la mayoría de las plantas herbáceas que podemos encontrar en nuestros cultivos leñosos son estacionales, desarrollándose en periodos lluviosos y muriendo en verano, con lo se reduce el posible problema de la competencia por el agua, es obvio, al estar muertas no consumen nada, y siguen proporcionando sombra al suelo manteniéndolo más fresco. Éstas plantas muertas están aportando materia orgánica al suelo constantemente, contribuyendo a mejorar la estructura del suelo.

A las ventajas anteriores hay que añadir que al eliminar las labores, se reduce el gasto económico de las mismas y se reducen las emisiones de dióxido de carbono y otros gases que se producen por la combustión del gasóleo.

Desde hace dos años, se viene siguiendo el sistema de no laboreo en la parte de olivar de mi jardín natural (mas tiempo en el reto del jardín). Los beneficios han sido casi inmediatos en cuanto al tema de la erosión, también he podido observar que los olivos resisten mejor la sequía y permanecen más vigorosos que en parcelas colindantes, también de secano y que practican las técnicas convencionales. La biodiversidad de artrópodos se ha visto aumentada enormemente, creándose zonas de cría para la Paratriodonta alicantina, el coleóptero endémico, catalogado en peligro de extinción del que ya os hablé.

Paisajes de piedra

El uso de la piedra para las construcciones obedece a una serie de circunstancias muy evidentes, se trata de un material extremadamente abundante y que no suponía ningún coste económico a la gente que vivía de los recursos del monte, ya fuesen agricultores, leñadores o ganaderos que poblaban éstas montañas.

Existen multitud de obras realizadas con la técnica de la piedra en seco, principalmente tenían dos propósitos, o bien servir de refugio para las personas, los animales, agua o alimentos, y otro el de impedir el paso del ganado a determinadas parcelas, delimitando las mismas. Caminos y veredas a menudo eran flanqueados de muretes de piedra, creándose verdaderos laberintos.

En ocasiones se dejaban unos huecos en los cercados que servían de contadero para las cabezas de ganado al hacerlas pasar de una en una, otras veces, se construían escaleras o "saltos de cabra" para pasar de un lado a otro del cercado. Las puertas a menudo eran de madera de sabina por su durabilidad, ya que se considera inputrefaccible, es decir, que no se pudre, y en ocasiones para su colocación se agujereaba una piedra plana que se dejaba sobresalir de la pared para pasar el eje de la puerta como se muestra en la primera fotografía.

Toda esta infraestructura está construida utilizando la técnica de la piedra en seco, es decir, no se utiliza ningún tipo de cemento o mortero para la unión de las piedras, sino que éstas se sustentan simplemente unas con otras, para una buena estabilidad de las construcciones, la persona que estaba a cargo de la construcción seleccionaba cuidadosamente las piedras y las colocaba con esmero de forma que quedasen bien asentadas.

Si bien las construcciones de piedra en seco son muy típicas del norte de Castellón, en la zona del maestrazgo como puede ser Vilafranca del Penedés formando conjuntos de extraordinaria belleza como se muestra en las fotos, tambíen están presentes en otras áreas de la geografía valenciana como puede ser el sur de Alicante, Pinoso, cuenta con una buena representación todavía de casas de pastores y agricultores hechas de piedra que son conocidos localmente como "cucos".